En medio de nuestras pérdidas

Malas Decisiones

En medio de nuestras crisis

En medio de nuestra vida de apariencia ¡Olvídate de las apariencias!

En medio de nuestra depresión

El apóstol Pedro en un momento decisivo de la historia, falló al negar a Jesús y como resultado, El dolor que sintió lo dejó abatido y el sentimiento de culpa lo hizo sentir terrible.
Desviarse del objetivo correcto: El interés por saber quien sería el más importante en el reinado de Jesús entre los discípulos, hizo que perdiera la misión real que era evangelizar el mundo. Las jerarquías, tener reconocimiento o una posición sobresaliente es muy humano y en la búsqueda de reconocimiento terminamos dañando a otros y alejándonos de la misión verdadera.
Autosuficiencia: Simón Pedro se sentía lo suficientemente fuerte para enfrentar lo que viniera, Jesús le advirtió que sería zarandeado, pero él estaba muy seguro de que soportaría lo que fuera por su Maestro, creerse autosuficiente es un sentimiento peligroso, porque el descubrir que no lo somos, resultará en una caída dolorosa.
Una vida espiritual pobre: Previo a su arresto, Jesús pidió a los discípulos que oraran y que se mantuvieran conectados con el cielo, pero el sueño los venció. Pedro también dormía en lugar de orar. No podemos ser victoriosos si nuestra vida espiritual es pobre, si no oramos, no estudiamos y no nos congregamos.
Jesús nos ayuda a lidiar con la culpa de 4 formas:
Viene a nuestro encuentro: no nos deja sumidos en el dolor, nos busca para consolarnos.
Nos ministra: nos alimenta y reconforta con ternura
Nos confronta: nos ayuda a reconocer nuestros fallos para poder acceder al perdón
y la restauración.
Nos restaura: Nos da una nueva oportunidad y nos usa en la medida en que se lo
permitamos.
Jesús sabe que el sentimiento de culpa puede doblegarnos e impedirnos avanzar y Él está dispuesto a levantarnos del polvo, sacudir nuestras culpas y mirar con esperanza. Su amor es así de grande y aunque no lo merecemos, nos lo da de manera incondicional.