En medio de nuestras pérdidas

Malas Decisiones

En medio de nuestras crisis

En medio de nuestra vida de apariencia ¡Olvídate de las apariencias!

En medio de nuestra depresión

La cicatrices estéticamente no son bonitas, pero nos recuerdan episodios dolorosos de nuestra vida. El “Kintsugi” es la técnica japonesa que toma las fracturas de la cerámica, las rellena de polvo de oro y las hace hermosas.
Pregúntate: ¿Tienes heridas del pasado?, ¿has perdido en algún momento las ganas de continuar? En la Biblia hay un relato de dos amigos que se querían muchísimo, David y Jonatán, este último hijo del rey Saúl. El rey buscaba matar a David.
Jonatán estaba dispuesto a defender a David de su padre, le prometió hacer todo lo posible y le pedía también que cuando las cosas fueran diferente, David tuviera bondad y misericordia para él y su familia.
Con el tiempo, Jonatán murió en batalla y David fue nombrado rey, al tomar posesión todo lo perteneciente a Saúl fue eliminado, incluyendo la familia. David quería hacer las cosas bien, de la mano de Dios. Recordó la promesa que había hecho a su amigo de ser bondadoso con su familia, entonces preguntó si había alguien de la casa de Saúl que viviera aún y ¡sí! Un hijo de Jonatán vivía en Lodebar, había quedado lisiado al escapar del palacio cuando Saúl fue derrotado, su nombre era Mefiboset.
Lodebar era una ciudad lejana y pobre dónde vivían todos los desposeídos; mendigos, despojados, perseguidos, acosados y olvidados por la vida. Su nombre significa «tierra seca, lugar donde no hay fruto» ¿Alguna vez has estado en Lodebar? ¿Has estado sumido en dolor, tristeza o injusticia?
Jesús es el David de los desprotegidos, al igual que Mefiboset quizá hayas sido herido, exiliado, abandonado y él hace lo hizo David:
Te va a buscar: no te deja en el olvido ni sumido en el dolor. Usa un llamado, una invitación, una revista, un libro, usa diferentes formas de llamarte.Te ha visto llorar amargamente por las noches. Por eso te manda a buscar. Manda su «limosina» hasta tu propio Lodebar.
Te devuelve lo que es tuyo: David devolvió a Mefiboset no solo su herencia material, ¡le devolvió la dignidad! Cuando vienes a Jesús ¡dejas de mendigar! Nunca más te sentirás inferior, ¡te trata como su hijo o hija!
Te sienta a su mesa: David compartió la mesa con Mefiboset, ¡La mesa del rey!
Nunca olvides que Dios es un Dios de segundas oportunidades, jamás te dejará en el Lodebar de tu vida, conoce tu dolor, está listo para rescatarte, restituirte y sentarte a su mesa. Dale un voto de confianza, él jamás te fallará, verás que muy pronto volverá a brillar el sol.